REFLEXIONES

2025

  • 12 jun

1) Se da cuenta de las contradicciones sólo cuando hay movimiento, por ejemplo, la audiencia o la lectura de un discurso. Pero, hay veces en los que los movimientos que se pronuncian son tan rápidos como sutiles que confunden la apariencia ausencia de algo que es y actúa con la falsa ilusión estética que no nos damos cuenta de ello y lo digerimos sin rechistar, forjando una identidad en base a mentiras y manipulaciones.

Para resolver tal problema, nuestros razonamientos deben basarse en una sólida arquitectura de Ideas filosóficas que clasifique, argumente según criterios y tome partido de los demás clasificados. El sistema filosófico más sólido que he encontrado hasta ahora es el materialismo filosófico, originario de Gustavo Bueno Martínez. En tal filosofía falta razonar, de alguna manera, sobre la causa de su relativamente amplía efectividad, en cuanto mapamundi, que, supongo, sólo podría efectuarse a través de los procedimientos racionales —es decir, de neutralización de contradicciones.

Partamos, pues, de la tesis de que la ausencia de contradicción o la identidad, en tanto apariencia —esto es, ausencia de algo que es y actúa—, es la representación de un conjunto de contradicciones ejercitadas. Cabe establecer ahora el dúo identidad y contradicción como conceptos conjugados, con conexión diamérica (entre las partes) frente a la metamérica (más allá de las partes). Entre esquemas materiales de identidad, que nos remiten a ciertos contextos —sistemas de relaciones—, pueden haber contradicciones, que son, precisamente, incompatibilidades en los mapamundis o entre ellos, en tanto mitos, que nos revelan las inconmensurabilidades o las "costuras" del Mundo. Pero, y aquí está la clave, que la inconmensurabilidades no son apariencias, sino las propias conmensurabilidades. Las inconmensurabilidades exigen reconfigurar los mapamundis, y, por ello, son la "fuente" de las revoluciones históricas, a través del trabajo social-histórico de los medios de producción.

En cuanto a la determinación de los procesos históricos, diremos que están sometidas, apagógicamente o por reducción al absurdo, a la symploké.

2) En la medida en que existe la dialéctica entre clases sociales, estados e imperios, debo entender que habrán personas que actuarán en mi contra: que seré el enemigo, el villano de sus historias; y eso que el ganador es el que la escribe. Por lo tanto, en esta situación el deber de uno es tomar las armas y las letras, aunque sean meras ramas y piedras, —citando al Quijote— porque a cada paso está a pique de perder la vida. Aquello que más cuesta se estima y debe de estimar en más.

3) Lo que se construyen en las filosofías, según el materialismo filosófico, son mapamundis que deben tener a la <geometría de las Ideas> como norma regulativa. Por eso, ésta no es una construcción efectiva. La Idea del mapamundi es mítica, esto es, es un mito, en el sentido de que partiendo de un <campo ordinario>, como es en este caso los mapas (terrestres), mediante analogía de proporción, se llega a conformar un <campo extraño>, que en el respectivo caso es, en alemán, Weltanschauung, que significa visión del mundo, que, a diferencia del mundo como tal, puede ser totalizado en representación, pero en el ejercicio de su construcción conjuga con el propio mundo, integrando en él las contradicciones e inconmensurabilidades que "exigen" reorganizar el mapamundi.

Ahora bien, en la medida en que la symploké es una Idea empírico-trascendental, ésta está integrada en el ejercicio de construcción del mapamundi, de manera que, por necesidad de reducción al absurdo o apagógicamente, brota de él: abriendo una posición intermedia entre el monismo (ser) y el atomismo (átomo ontológico): el pluralismo (materia/estroma).

El proceso de <iluminación>, o mejor dicho, clarificación, distinción y rectificación del intelecto no se debe a "atravesar una niebla de nociones confusionarias, oscurantistas y oblicuas" para alcanzar la realidad que esté más allá de la misma, sino a la efectividad de la construcción del mapamundi después de darse cuenta de que hay algo ausente mediante contradicciones e inconmensurabilidades (valga la redundancia). A esta luz se podría reinterpretar el mito de la caverna de Platón.

4) Mi abuela un día me dice que ya estudió lo que tenía que estudiar en su época y, al otro, me dice que todos los días se aprende algo nuevo. Pero, es que para aprender algo, al menos efectivamente, hay que estudiar. Me parece a mí que es temor por la sabiduría que deriva en creerse que lo sabe todo, al menos lo necesario. Un ejemplo que podría servir de una excelente ilustración al respecto es la reticencia al manejo efectivo de las nuevas tecnologías. La lección es que, en términos del materialismo filosófico, hay que estar siempre dispuestos a reconfigurar el mapamundi en vista de las contradicciones e inconmensurabilidades, pero siempre sosteniendo la symploké y la <geometría de las Ideas> como norma regulativa.

5) Por ahora, sostengo la hipótesis de que la mejor manera de luchar contra la corrupción es regularizar el mercado político. Pero, la cuestión clave es ¿qué poderes o quiénes son los encargados de regularizarlo, de manera que se asegure su legitimidad, al menos aquí en España? En cuanto a la legitimidad, me refiero a la eutaxia (buen orden) en todo el territorio estatal, que en la partitocracia actual no existe: véase lo de Valencia, los hospitalizados que tienen ELA, la corrupción institucional, personas viviendo en containers en lo del volcán, etc. manteniendo exclusivamente relativo buen orden en lo correspondiente a aquellos territorios y poblaciones en los que obtengan beneficio electoral. En suma, el núcleo del problema: la partitocracia española no busca la eutaxia (buen orden general), sino un "orden selectivo" que beneficie sus intereses electorales.

  • 13 jun

1) Si de menor no me han cundido como debería ser formación exhaustiva en las ciencias estrictas, del cual sólo he llegado a alcanzar unas sólidas pinceladas, sobre todo, en matemáticas y en física—, que me dejen ahora que me exija a mí mismo, a través de las ignorancias de los demás, a formarme más profundamente acerca de este tema.

2) Si no hubiera habido identidad estatal española, a excepción de la acepción nacional-política y nacional-fraccionaria, en tanto monarquía compuesta, que evidencia que fue una sociedad política, forjada desde el siglo VIII con la Reconquista, en la cual destacó el personaje histórico don Pelayo, antes de la constitución de 1812, entonces el imperio español no hubiera podido existir; porque para que haya imperio tiene que haber cierta identidad política, de cualquier tipo. Por tanto, en contra de lo que dice mi abuelo abertzale "que España sólo tiene dos días", España, y su identidad de la cual prevalece su unidad, existió antes de su constitución como nación-política en 1812 con <la Pepa>. La clave está en distinguir las acepciones: Estado o sociedad política, nación que tiene diversas acepciones: biológica, étnica, política y fraccionaria, según G. Bueno, e imperio; en cualquiera de estas tres se puede forjar una identidad política. Tomando nota de la situación presente y siguiendo estos razonamientos, lo que hay, a día de hoy, es un reduccionismo histórico pretencioso y generalizado para intentar legitimar el secesionismo, en contra de, por una parte, de los hechos históricos (beta-operatorios) y, por otra parte, del materialismo filosófico de Don Gustavo Bueno Martínez. Por eso, suelo decir que el saber popular es constitutivamente confusionario, y, de este hecho, resulta que este tipo de saber es siempre susceptible de ser manipulado. He aquí la falacia ad populum, cuando intentan racionalizar, incluso legitimar, el saber popular:

Procedimientos sociales
  1. Conformidad social
    Las personas tienden a adaptar sus opiniones y comportamientos a los de la mayoría para evitar el rechazo social, buscar aceptación o mantener la cohesión grupal. Esto es lo que demostró el famoso experimento de Asch sobre conformidad.

  2. Normas sociales y culturales
    Los valores, creencias y comportamientos aceptados en una comunidad suelen ser transmitidos y reforzados socialmente, creando un sentido de “verdad compartida” que puede no estar basado en evidencias.

  3. Presión del grupo
    La presión explícita o implícita para alinearse con la mayoría puede hacer que individuos acepten o difundan ideas simplemente porque “todos lo creen”, incluso si tienen dudas.

  4. Difusión de información
    En redes sociales, medios de comunicación o grupos informales, la repetición constante de una idea genera la ilusión de que es verdadera, fenómeno relacionado con la exposición repetida.

Procedimientos psicológicos
  1. Heurística de la mayoría (heurística social)
    La mente humana usa atajos cognitivos para simplificar la toma de decisiones, y una de ellas es confiar en lo que “la mayoría” hace o cree, bajo la idea de que puede ser una señal confiable.

  2. Deseo de pertenencia
    Los seres humanos tienen una necesidad innata de pertenecer a grupos sociales, lo que motiva la adopción de creencias comunes para fortalecer la identidad grupal.

  3. Sesgo de confirmación social
    Buscamos y recordamos información que confirme nuestras creencias previas o las de nuestro grupo, mientras descartamos lo que las contradice.

  4. Miedo a la exclusión
    Rechazar creencias mayoritarias puede implicar aislamiento social o pérdida de apoyo, generando miedo que limita el pensamiento crítico individual.

3) No hace falta saberlo todo para revolucionar ciertos ámbitos del conocimiento. - Carlos Blanco Pérez

4) En el epitafio de mi sepulcro deberá constar el siguiente texto: Aquí yace uno que exigió memoria y justicia para sus referentes. Su espíritu amenazará la conciencia de aquellos que, a sabiendas, no escribieren sobre sus principales referentes: I. Newton y G. Bueno.

  • 21 jun

1) Cuando está todo "inventao", lo que hay que hacer es revisionismo crítico-sistemático: reorganizar el mapamundi.